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Boda de Balduino y Fabiola - Bélgica 1960

Balduino de Sajonia-Coburgo-Gotha y Bernadotte (Baudouin Albert Charles Léopold Axel Marie Gustave de Saxe-Cobourg et Gotha) (Laeken, 7 de septiembre de 1930 - Playa Granada, Motril, 31 de julio de 1993) fue el quinto rey de los belgas desde la abdicación de su padre Leopoldo III en 1951 hasta su fallecimiento en 1993. Casado desde 1960 con la dama española Fabiola de Mora y Aragón, no tuvo descendencia y su hermano menor le sucedió con el nombre de Alberto II. Era hijo del rey Leopoldo III y de su primera esposa, la princesa Astrid de Suecia. Se convirtió en quinto rey de los belgas por la abdicación de su padre el 16 de julio de 1951, y reinó hasta su muerte. El 15 de diciembre de 1960 contrajo matrimonio en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas con la aristócrata española Fabiola de Mora y Aragón, la ceremonia fue oficiada por el cardenal italiano Giuseppe Siri. De este matrimonio no tuvo descendencia. Durante su reinado se produjo la independencia del Congo (en 1960) que puso fin al estatus de Bélgica como potencia colonial. La boda del rey Balduino de los belgas con la española Fabiola de Mora y Aragón se convirtió en el primer gran acontecimiento internacional que emitió TVE. El enlace real, celebrado el 15 de Diciembre de 1960, fue uno de los hitos de una televisión que aún daba sus primeros pasos en nuestro país. Y, de hecho, para poder ofrecer la cobertura, TVE tuvo que ingresar definitivamente en la UER (Unión de Radiodifusión Europea). Muy temprano comenzó la ceremonia civil en el salón del Trono del palacio Real de Bruselas. Fabiola vestía un impresionante traje blanco realizado por el modisto español Balenciaga. Como testigos por parte de la novia firmaron su hermano, el marqués de Casa Riera, y el conde de Barcelona. Miembros de cuarenta casas reales se encontraban presentes en la ceremonia. Tras la boda civil, los novios se trasladaron hacia la iglesia de San Miguel mientras comenzaban a sonar los 101 cañonazos de ordenanza. Una impresionante multitud aplaudía sin cesar a Balduino y Fabiola, mientras las tunas españolas, entre las que se encontraba la de Cádiz, no cesaban de cantar.