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El niño de la bola - Series literarias, TVE - PRIMERA parte (de 2)

1972 Basada en la obra homónima de Pedro Antonio de Alarcón Guión: Pedro Antonio Urbina Dirigido por José Luis Tafur Intérpres Juan Diego (Manuel Venegas), Maribel Martín (Soledad), Fernando Delgado, Luisa Sala, Mary González, Miguel Ángel, Alberto Bové, Vicente Soler, José Blanch, Ramón del Val Narra los amores imposibles entre Manuel Vargas y Soledad, la historia de su amor y su enfrentamiento con el destino. Sin duda, es este uno de los mejores libros de Alarcón, pues la complicada psicología de los personajes es tan admirable, observada y expuesta, y el desarrollo de la trama es impecable. Uno de los libros que no debe faltar en su haber bibliográfico. Dicha obra inicia hablando del usurero don Elias, conocido por todo el pueblo con el mote de "Caifás", quien se apoderó como buen usurero de toda la fortuna de don Rodrigo Venegas. Al morir éste, su hijo Manuel se quedó solo y sin un solo centavo y es recogido por el cura don Trinidad Muley, quien le mantuvo y le dio estudios. Manuel —a quien todos llamaban el Niño de la Bola, y que en el curso de la obra da muestras de un cierto desequilibrio mental—, siendo ya adolescente, se enamora de Soledad, hija del usurero don Elias, y en una rifa que se celebraba anualmente durante las fiestas de pueblo, ofrece todo cuanto tiene por bailar con la muchacha; pero el padre de esta lo impide pujando hasta dos mil duros, y acusa a Manuel de deberle un millón de reales que no pudo cobrarse en los bienes de su difunto padre. El joven, que ignoraba semejante historia, promete ante todo el pueblo que volverá en un día como aquel a pagar la deuda de su padre y a bailar con Soledad y entonces se va sin decir dónde. Ocho años más tarde regresa Manuel al pueblo encontrándose a Soledad casada con Antonio Arregui. Furioso, piensa en matarla a ella y al marido; pero el cura logra persuadirle de su idea homicida con atinadas reflexiones y le convence para que se vaya otra vez del pueblo. Ya en su marcha, recibe una carta de Soledad en la que le declara su ardiente amor y le indica la posibilidad de encontrarla en la senda del adulterio. Ebrio de pasión y un poco loco, vuelve al pueblo y se presenta en el momento de la rifa o subasta anual. Ofrece cien mil duros por bailar con Soledad, lo cual consigue, y al terminar la danza, oprime a la adorada mujer entre sus brazos hasta asfixiarla..., y solo la suelta al ser herido en el corazón por el puñal de Antonio Arregui.