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Aportes Pedagógicos de Simón Rodríguez

Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez nació en Caracas, el 28 de octubre de 1769, su padre fue el clérigo y músico caraqueño Cayetano Alejandro de Carreño, quién llego a ser Maestro de Capilla de la Catedral de Caracas y su madre Rosalía Teresa Rodríguez Álvarez, descendiente de españoles canarios. Uno de sus hermanos fue José Cayetano de Carreño, este es el abuelo de Teresa Carreño. Músico venezolano que compuso la primera canción patriótica, escrita por Andrés Bello “Caraqueños, otra época comienza”. En 1791 con 21 años de edad el Cabildo de Caracas le concede el puesto de profesor en la Escuela de Lectura y Escritura para niños donde llegará a ser tutor de Simón. En 1794 presenta su escrito “Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras de caracas, y medios de lograr se reforme por un nuevo establecimiento”: donde hace duras críticas a la educación colonial del momento, donde pedía reformas en la forma de educar y de la misma forma que en la actualidad en el pago a los maestros, el Cabildo de Caracas no valoró sus aportes y renuncia a su cargo. Sus conocimientos son inspiración para el logro de un cambio educativo en momentos de crisis, donde Simón Rodríguez pedía que la educación llegará a toda la sociedad, ya que en su época el Estado no tenía el deber de dársela a todos. Impulsado por el Ilustrísmo que empezaba a nacer en esos años, creía que un nuevo orden social debía nacer donde el hombre fuera más autónomo de regímenes antiguos y estuviera subordinado a nuevos caminos del saber. Alimentaba en sus alumnos la curiosidad por aprender usando métodos revolucionarios de enseñanza, formando mentes críticas e inquietas. El modelo de San Ildefonso como era llamado por haber nacido en la Escuela del Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso Segovia España, fue incitado en América por él, ya que contaba con técnicas para la enseñanza de las escrituras, la lectura y las matemáticas objetivas y técnicas. También fue partidario de una educación práctica, con énfasis en las artesanías y la enseñanza de oficios, de hecho creó varios talleres de oficios o artes prácticas en Bogotá y Chuquisca – Bolivia, todo esto con la finalidad del progreso de los pueblos, un cambio vertiginoso en una educación colonial basada en el memorismo y la autoridad de maestros mayormente viejos y cansados y un cambio de mentalidad educativa que lo llevo a ser relegado por el mismísimo Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre quien no comprendía sus teorías y enseñanzas y valoraba más la educación tradicional del momento. Rodríguez fue titulado por personajes de su época como “El Americano de la educación popular”, “El Maestro de América” o como Bolívar le decía “El Sócrates de Caracas” o “El filósofo cosmopolita”, para muchos académicos su labor en la formación del Libertador fue crucial por sus pensamientos independentistas y a beneficio de la libertad de las naciones oprimidas por otras más fuertes, esto se debe a que fue un estudioso del antropocentrismo y el racionalismo, junto a su asidua lectura de obras como las de Rosseau, Montesquieu, Locke, Voltaire, Diderot Y Sieyes que lo llenaron de ideales de libertad e igualdad de los todos los seres humanos. Mucha de su planificación pedagógica fue influenciada por El Emilio de Jean Jacques Rosseau. Su modelo educativo esta enmarcado en una América Utópica posible, donde la educación era uno de los pilares fundamentales para las sociedades americanas nacientes con preceptos sociales libres de la ignorancia y con medios necesarios para lograr al hombre nuevo como el mismo lo diría en su escrito “Educación Republicana”: “Pleno de luces y virtudes sociales, conocedor de sus derechos y deberes sociales”. Su labor pedagógica siempre tuvo como objetivo el enseñar a vivir en República, de forma abierta, sencilla, con sentido de apertura y carácter oficial. En su obra “Consejos de Amigos” impulsa lo que él llamaba la “bella escritura” con el fin de escribir bien para poder lograr una comunicación efectiva y métodos para lograr escribir buenos discursos. Una frase muy repetida por él fue: “¿De qué sirve leer y escribir, si la persona no tiene ideas? Ideas, Ideas primero que letras”. Para el Maestro Simón no habría una verdadera sociedad sin Educación Social. Se negaba a imitar patrones culturales de otras naciones, al contrario pedía que los pueblos americanos buscaran ser originales y aplicaran su sistema educativo en base a sus propias raíces considerando que la imitación cultural era lo que no dejaría prosperar a las nuevas naciones recién independientes, tal y como acontece en estos tiempos. Muchas de sus reflexiones fueron enriquecidas por sus viajes a las Antillas, Norteamérica y Europa. Fallece el 28 de febrero de 1854 en Amotape, Perú dejando un legado de obras que publico en Perú, Chile y Argentina y que no eran otra cosa que las bases críticas y reformatorias de una educación popular enraizada en la realidad sociocultural latinoamericana.