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Lo esencial en el diagnóstico de autismo.

En la actualidad hay un debate en redes sobre los "falsos autistas", es decir, aquellos cuya discapacidad no es percibida por quienes así los juzgan y que no cumplirían con el estereotipo de lo que consideran un "verdadero" autista. Recordemos que antes del 2013 aún existía el diagnóstico de Síndrome de Asperger en el DSM (en el CIE existió hasta hace 2 años). Siendo el Asperger una forma de autismo, se creaba la falsa ilusión de que estaba separado enteramente del diagnóstico de este diagnóstico, reservado para los más "severos", los autistas "reales". Cuando aparece la categoría de "Espectro Autista" y son incluidos en el nivel 1 quienes tenían (o hubiesen tenido) un diagnóstico de Asperger, empieza el problema de que esos "autistas" no parecen corresponder con las características que se cree debe tener un autista. ¿Qué es lo esencial, lo no negociable, de un diagnóstico de autismo? El procesamiento de la información. Un autista puede camuflar socialmente de muchas maneras y esto haría que se confunda con otro tipo de condiciones (sobre todo para quienes recibirán un diagnóstico de Autismo nivel 1). Pero lo que siempre ha de estar, en todos quienes se encuentren en el espectro, es el procesamiento monotrópico (la focalización en un tema a la vez); la hiperfocalización en intereses profundos; la memoria ligada a datos respecto de ellos; la hiper-sistematización; el procesamiento en detalles y la búsqueda de patrones. Sin estas características de procesamiento cognitivo difícilmente podremos hablar de autismo, tanto en hablantes como en no hablantes. Es importante tener en cuenta este último punto antes de dudar del diagnóstico del otro, antes de entrar en cacerías de "falsos" autistas, antes de contribuir a la estigmatización y la invalidación. Los autistas no vienen en serie, es un espectro, en el cual todos comparten el procesamiento de la información descrito antes como rasgo esencial.